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Lipedema: Causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento

¿Te preocupa la grasa localizada en tus piernas o brazos que no desaparece con dieta ni ejercicio ¿Notas dolor, sensibilidad o hematomas frecuentes en estas zonas?

Si has respondido sí a alguna de estas preguntas, es posible que estés padeciendo lipedema, una enfermedad crónica que afecta principalmente a mujeres y que se caracteriza por una acumulación anormal de grasa en las extremidades inferiores y, en algunos casos, en los brazos.

En este artículo, te explicaremos en detalle qué es el lipedema, sus tipos, síntomas, diagnóstico, tratamiento y cómo diferenciarlo del linfedema.

Índice

    ¿Qué es el lipedema?

    El lipedema es una enfermedad crónica del tejido graso que afecta casi exclusivamente a mujeres. Se caracteriza por una distribución anormal de la grasa, que se acumula de forma simétrica en las extremidades inferiores, principalmente en las caderas, glúteos, muslos y pantorrillas. En algunos casos, también puede afectar a los brazos desde los codos hasta las muñecas.

    ¿Cuántos tipos de lipedema existen?

    Se distinguen tres tipos principales de lipedema:

    • Lipedema tipo 1: Es el más común y afecta a las caderas, glúteos y muslos. Las piernas tienen forma de «columna» o «manzana».
    • Lipedema tipo 2: Afecta a las caderas, glúteos, muslos y pantorrillas. Las piernas tienen forma de «pera».
    • Lipedema tipo 3: Es el menos frecuente y afecta a las caderas, glúteos, muslos, pantorrillas y tobillos. Las piernas tienen forma de «elefante».

    ¿En qué zonas del cuerpo se puede dar el lipedema?

    El lipedema se suele dar en las extremidades inferiores (piernas), principalmente en las caderas, glúteos, muslos y pantorrillas. En algunos casos, también puede afectar a los brazos desde los codos hasta las muñecas.

    ¿Cuáles son los síntomas del lipedema?

    Los síntomas del lipedema pueden variar de una persona a otra, pero los más comunes son:

    • Acumulación anormal de grasa en las extremidades inferiores o brazos, que no desaparece con dieta ni ejercicio.
    • Dolor en las zonas afectadas, que puede empeorar con la actividad física o al estar de pie durante mucho tiempo.
    • Sensibilidad al tacto en las zonas afectadas.
    • Hematomas frecuentes en las zonas afectadas.
    • Fatiga
    • Depresión
    • Ansiedad

    ¿Cuál es el tratamiento del lipedema?

    El tratamiento del lipedema no es curativo, pero sí puede mejorar los síntomas y la calidad de vida de las pacientes. Uno de los principales tratamientos recomendados son los drenajes linfáticos manuales (DLM) es una técnica de masaje suave y rítmico que se ha convertido en un componente fundamental en el tratamiento del lipedema. Este masaje especializado ayuda a estimular el sistema linfático, favoreciendo la eliminación del exceso de líquido y toxinas acumuladas en las zonas afectadas por la enfermedad.

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    ¡No esperes más para mejorar tu calidad de vida con el drenaje linfático manual!

    Además del drenaje linfático manual, existen otros tratamientos que pueden ayudar a controlar los síntomas del lipedema y mejorar la calidad de vida de las pacientes:

    • Terapia compresiva: El uso de medias o vendajes compresivos ayuda a reducir la hinchazón y el dolor.
    • Liposucción: La liposucción puede eliminar la grasa acumulada en las zonas afectadas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la liposucción no es una cura para el lipedema y que la grasa puede volver a acumularse con el tiempo.
    • Fisioterapia: La fisioterapia puede ayudar a mejorar la fuerza, la flexibilidad y el rango de movimiento.
    • Cambios en el estilo de vida: Una dieta saludable y ejercicio regular pueden ayudar a controlar el peso y mejorar los síntomas del lipedema.

    ¿Qué puedes hacer para prevenir el lipedema?

    Si bien no existe una forma segura de prevenir el lipedema, hay algunas cosas que puedes hacer para reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad o controlar sus síntomas si ya la padeces:

    • Mantener un peso saludable: El sobrepeso y la obesidad pueden empeorar los síntomas del lipedema.
    • Realizar ejercicio regular: El ejercicio ayuda a mejorar la circulación y a reducir la hinchazón.
    • Llevar una dieta saludable: Una dieta rica en frutas, verduras y cereales integrales puede ayudar a mantener un peso saludable y a reducir la inflamación.
    • Evitar los alimentos procesados, azucarados y grasos: Estos alimentos pueden empeorar los síntomas del lipedema.
    • Usar medias o vendajes compresivos: La terapia compresiva puede ayudar a reducir la hinchazón y el dolor.
    • Controlar el estrés: El estrés puede empeorar los síntomas del lipedema.

    ¿Cómo se diagnostica el lipedema?

    El diagnóstico del lipedema se basa en la historia clínica, la exploración física y, en algunos casos, en pruebas complementarias como ecografía, resonancia magnética o biopsia.

    ¿En qué se diferencia el lipedema y el linfedema?

    El lipedema y el linfedema son dos condiciones que pueden afectar a las mismas zonas del cuerpo y presentar síntomas similares, lo que genera confusión entre ambas. Sin embargo, es crucial diferenciarlas, ya que sus causas y tratamientos son distintos.

    Lipedema:

    • Enfermedad del tejido graso: Se caracteriza por una distribución anormal de la grasa, principalmente en las extremidades inferiores (caderas, glúteos, muslos y pantorrillas), y en algunos casos, en los brazos.
    • Acumulación de grasa: Esta acumulación no se asocia a retención de líquidos y no se modifica con la elevación de las extremidades.
    • Zonas afectadas: Las piernas suelen tener forma de «columna», «pera» o «elefante».
    • Dolor y sensibilidad: El dolor y la sensibilidad al tacto son comunes en las zonas afectadas.
    • Hematomas frecuentes: La aparición de hematomas sin causa aparente es habitual.
    • No se cura: El lipedema no tiene cura, pero sus síntomas pueden controlarse con tratamiento.

    Linfedema:

    • Enfermedad del sistema linfático: Se produce por una obstrucción del sistema linfático, lo que provoca acumulación de líquido en los tejidos, generando hinchazón, dolor y otros problemas.
    • Retención de líquidos: La hinchazón aumenta al final del día y disminuye al elevar las extremidades afectadas.
    • Zonas afectadas: Puede afectar cualquier parte del cuerpo, pero es más común en las extremidades inferiores.
    • Piel seca y escamosa: La piel de la zona afectada puede verse seca, escamosa y con mayor riesgo de infecciones.
    • Fibrosis: En casos avanzados, el linfedema puede provocar fibrosis, endurecimiento y deformidad de la piel y los tejidos.
    • Tratamiento: El linfedema no se cura, pero el tratamiento puede controlar la hinchazón y prevenir complicaciones.

    Esperamos que este artículo te haya sido útil. Si tienes alguna pregunta, no dudes en contactarnos.

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